Eres un cuadro rodeado de una gran exhibición, no eres el más deseado como un Van Gogh, un Da Vinci, un Monet, un Picasso o incluso un Velázquez, pero aún así varias personas pasan y se detienen para observarte, los miro con recelo, estoy casi segura que nadie se dentendrá el suficiente tiempo para detallar cada pincelada y cada trazo de ti como lo hago yo, estoy segura, que nadie notará que no eres un simple oleo sobre lienzo, y que, por más que parezca, los trazos no son limpios, no son perfectos y mucho menos mantienen la misma dirección, pero eso es lo que te convierte en mi cuadro favorito, que a pesar de que no tienes un acabado pulido y perfecto, pues posees relieves de pintura extra, cada vez que me fijo en ti con detenimiento, encuentro una línea diferente, nueva, algo que te hace un poquito más especial que la última vez que me fijé.
Cada trazo, cada pincelada, son lo que te han convertido en lo que eres hoy, analizo unos, que se que con dificultad se borrarán, tal vez, me inunde una ansiedad recelosa, pues quisiera tener el privilegio de marcarte yo, de poder pintar en ti y formar parte de lo que eres hoy, quisiera, que no sólo te reconocieran por tu autenticidad si no también por mis pinceladas...pero detesto tanto sentirme en constante competencia...
Seré sincera, habrán días que haré trazadas tristes, tonos fríos, azulados... habrán otros en donde los colores cálidos tendrán protagonismo, pero te confirmo con antelación, que cada uno de ellos serán dados con toda la inspiración que pueda existir, que no serás simple, que estarás lleno de momentos que quisiera que no se borraran nunca.
Sin más que decir, puedo afirmar que eres ese cuadro que nunca me cansaré de ver y sentir una completa gama de sentimientos.