Quiero noches de copas entre calles oscuras, donde las personas chocan unas con otras al son de la música.
Quiero caminar contigo de la mano, mientras me das vueltas a medida que avanzamos.
Quiero un cigarro y un café en las terrazas de París, buceo en Mykonos, compras en Milán y arte por el mundo.
Quiero un beso bajo la lluvia, de esos en los que ya estás mojado sin el H2O, donde pasa su mano por mi nuca y me acerca tanto que puedo sentir su calor corporal.
Quiero una toalla al borde del mar, bajo la luz de las estrellas, acompañado del ruido de las olas, al compás del viento.
Quiero las risas de esas que te duele el abdomen echada en un sofá un domingo por la tarde, así con un camisón encima y más nada.
Quiero una tarde en Stonehenge, una noche en Berlín y una mañana entre los corales australianos.
Quiero las cosas tan simples que me ofrece la vida...
...tan simples que te llenan de felicidad.
lunes, 28 de septiembre de 2015
martes, 22 de septiembre de 2015
Incoherencias Nocturnas
Me he adentrado en el camino sin fin de encontrarme a mi misma a lo largo de estos meses. También me perdí muchas veces, opté por los caminos erróneos, seguí las huellas de pies sucios e incluso yo misma me adentré en un desierto, pero tengo que orgullosamente decir que el arte me ha salvado de ser una tragicomedia clásica, de esas en las que uno se lamenta entre un que otro chiste.
Preguntenme sobre vicios y les responderé con 12 girasoles de Van Gogh.
Diganme sobre enfermedades y les hablaré de la biporalidad de Munch.
Nieguenme sobre el amor y les mostraré el rapto de Prosepina.
Quejense de la carencia de detalles y les informaré sobre cuántos lunares hay en su piel.
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