sábado, 3 de diciembre de 2016

20 largos y cortos otoños.

Sólo le pido a la vida que nunca deje de crecer espiritual y emocionalmente. 

Querida yo de 8 años: usar gafas no tiene nada de malo, sólo que ellos no lo entienden. 

Querida yo de 9 años: Lucía se va, pero volverán a retomar el contacto con los años, no te preocupes.

Querida yo de 10 años: se que te sientes sola, pero tienes la música para refugiarte en ello. Tus primas son tus primas y tú eres tú, así que sé tú. 

Querida yo de 11 años: es normal tener acné cuando empiezas a entrar en la edad de las hormonas, existe tratamiento, no te agobies. 

Querida yo de 12 años: tu madre y tu hermano están tristes, está bien que intentes mantenerte fuerte por ellos, pero no habrá ningún problema si lloras tú también de vez en cuando, cambiarse de país nunca ha sido fácil, sobre todo si se burlan de tu acento diferente. Pronto tendrás grandes amigas. 

Querida yo de 13 años: deja de sentirte así o perderás todo un año escolar. Confía en ti misma cuando todos duden de ti, 

Querida yo de 14 años: es guapo y te canta siempre que estás mal, pero no le perdones cuando él mismo escogió herirte. 

Querida yo de 15 años: concéntrate en tus amigas y en tus estudios. No va a volver. Escoge Humanidades. 

Querida yo de 16 años: tienes un nuevo ángel en el cielo que cuidará de ti y tu familia. No te molestes con tu hermano por no llamar. No te arrepientas de este año. 

Querida yo de 17 años: ojalá hubieras esperado un poco más. No es tan bueno como parece, no dejes que te traten así. Come, pesar 45kg no hará que te quiera más. 

Querida yo de 18 años: por favor, sal de la cama. Deja de pedirle perdón cuando ha sido él el que te ha hecho daño. 10 pastillas para dormir no son el camino y mucho menos 1 litro de jaggermeister para ti sola. Tampoco confíes en los ojos grises. 

Querida yo de 19 años:  deja que te quieran  como nunca te han querido. No la busques más, ella escogió dejarte atrás. Tienes dos ángeles más en el cielo que te están cuidando día a día sin que te des cuenta. Vete de tu casa, te encontrarás a ti misma. 

Querida yo actualmente de 20 años: se libre y que nadie te corte las alas para volar. Nunca. 


lunes, 16 de mayo de 2016

Extender Raíces.

Basándome en experiencias anteriores he llegado a la conclusión de que las personas son pasajeras, algunas duran un instante en tu vida y otras simplemente permanecen hasta el día actual. 
También me he encontrado en discordia con ciertos pensamientos fugaces en los que decía ''desearía haber compartido más con -x- o -y-'' u ''ojalá las cosas nunca hubieran sido diferentes'' mientras que la discordia me decía  ''no debí nunca conocer a -x- o -y-''. Llegando al pensamiento que tengo hoy, que es: todo fue como tenía que ser, nada debió durar más o menos, vive con eso. Las personas que actualmente no están en tu vida son por alguna razón, al igual que estuvieron por otra. Creo en el dicho de que toda caída tiene una enseñanza, es cierto, muchas veces nos encontramos con la impotencia de haber deseado no desperdiciar tanto esfuerzo en alguien que al final no te valoró, o tal vez viceversa. Pero al final te dejaron alguna enseñanza, ''claro que no, no seas boba, solo vino para interrumpir tu vida cotidiana'' pues no, vino a mi vida a enseñarme detalles de la vida en sí, me hizo crecer con cada golpe que me daba antes de marcharse, o me fortalecía con cada paso que daba al alejarme de ellos voluntariamente. 
No puedo negar que a veces quisiera haber hecho las cosas de otra manera, pero al final me dejó el saber de cómo no hacerlo la próxima vez. 
Así que tú, que estás leyendo esto, probablemente no sigas en mi vida y te preguntes cómo estoy ahora que no estás, pues estoy bien y te agradezco las pequeñas cosas que dejaste en mi conocimiento antes de marcharte, o de marcharme. 
Y tú, que sigues en mi vida a pesar de los errores, las risas, los llantos, las sonrisas y los chistes de mala calidad a las 3 a.m, te agradezco porque cada día me enseñas algo nuevo de lo qué aferrarme, no sabes cómo aprecio la valentía de escucharme en mis momentos más vulnerables. 
Sin más que decir que: aprecia a quiénes hoy tengas, y a los que no también, aunque sea un difícil camino que recorrer por tu propia cuenta, primero aprende a quiénes quieres tener cerca para crecer como persona y a quiénes quieres tener de lejos para poder extender tus raíces. 

lunes, 18 de enero de 2016

Sombra.

No lo sé, ni siquiera sé cómo comenzar esto. No me mal interpreten, nada malo, nada grave, ni nada espantoso ha acontecido mi vida estos últimos meses, sinceramente ha sido todo lo contrario, ha estado lleno de una felicidad tan grande, casi como si pudiera obviar el hecho de que soy un alma rota, de que no importa las veces que trate, mi sombra me persigue a donde vaya, esa oscura silueta de mi persona, adentrándome en suma tristeza por las noches, anhelando ese cuerpo que me proteja de mi misma. 
Pero, ¿por qué? 
He aprendido que la vida es esto, es una constante montaña rusa, vaivenes por doquier, alcanzar la catarsis de tu vida y después hallarte en un pozo sin salida. 
¿Por qué?
¿Por qué ese chico de piel tatuada y ojos bonitos me tiene que hacer sentir como en casa? Sólo le basta con sonreírme para yo sentir ese calor de hogar dentro de mi.
¿Qué pasará el día en que se vaya? 
La vida es eso, transiciones, nada perdura. 
Ni siquiera los sentimientos, eventualmente sólo creas melancolía, añoranza, nostalgia, pero nunca se vuelve a crear el amor.
Confieso que le di la mano a mi sombra, casi todas las noches me encuentro en su compañía, poniéndonos al día o simplemente yo, contándole lo nuevo, lo refrescante y ella, sólo tratando de que no la olvide, que no olvide lo que soy, lo que era y lo que seré.
Soy mi propia ancla.
¿Por qué?
Hace mucho tiempo ya dejé de ''romantizar'' a las personas que me hacían daño, pero ¿qué hay de mi? ¿No soy arte? ¿No soy amor? ¿No soy odio? ¿No soy absoluta? 
Tantas preguntas y tan pocas respuestas. 
¿Por qué tanto miedo a perseguir aquello que me hace feliz?
¿Tan grande es así mi necesidad de alcanzar la felicidad absoluta sin necesitar de alguien a mi lado?
¿Hasta qué punto somos las personas capaces de perder para ganar?
Te pido que te marches de mi, aunque a partir de ese momento tenga que caminar sola, te pido que algún día me dejes volver sola a casa sin tener que sobre pensar cada cosa que hice en el día, o días anteriores,  o tal vez años. No te necesito, y aún así eres parte de mi.
Pero, ¿por qué?