martes, 12 de agosto de 2014
Éxtasis.
Eres el aire que respiro, el aire que quema.
Eres las manos que siento, siento una corriente eléctrica con tu roce. ¿Cómo unas simples yemas de dedos puede causar tantas emociones en mi cuerpo?
Eres los labios que beso, que siento, que nace en mi una taquicardia, que anhelo en cada suspiro, esa sensación de querer más que un simple beso, esas ganas de querer más allá de un beso de dos niños.
Cómo explicar un sentimiento, un sentido, todo lo que puede causar el tacto y la mirada. Como se me va el aire cada vez que nuestros ojos se encuentran, como se acelera mi pulso cada vez que tus manos juegan a explorar más que sólo piel, cómo explicar que la primera vez que abracé de verdad fue cuando mis piernas rodearon su cintura.
Ahí me encuentro, en la zona de enamorados empedernidos, de los que se vuelven locos por amor y por amor a la locura luchan todos los días por entregar un poco más de ellos a esa persona. Donde su refugio, su calma, su confort y su cura es estar entre sus brazos.
Eres esa droga que mata pero que al mismo tiempo te hace sentir viva, esa droga que te hace sentir todo y más.
Esa sensación de estar en el éxtasis.
Eso eres, eres éxtasis.
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