Vi una película de terror y no sentí miedo. Todo lo que solía temer ya llegó.
Vi una película de amor y no sentí cariño. Más bien pensé en cuánto nos deberían envidiar.
Vi una película de suspenso y no sentí paros cardíacos. Eso sólo pasaba cuando me besabas.
Vi una película de drama y no sentí angustia. La angustia personal que me domina ahora.
Vi una película de fantasía y no sentí alegría. Nada como esos momentos.
Vi una película de animación y no sentí mi niñez. ¿Dónde la habré dejado?
Ahora me pregunto ¿dónde dejaste nuestros momentos de felicidad? Decías que mientras quisieras contarme tus cosas, estar conmigo, fueses feliz a mi lado y me quisieras, seguiría valiendo la pena, ¿acaso todo eso se desvaneció?
Pido disculpas, por haberte hecho sentir que no eras suficiente al mismo tiempo que te decía que sí lo eras, siento mucho haber dejado que esto nos pasara, y si te quieres ir, no te retendré más porque no quiero seguir anclando tu infelicidad.
No sabía lo que tenía hasta que lo perdí, y acepto que te perdí.
Gracias por todo, por los besos, por los momentos, por la amistad y por los abrazos que fueron necesarios, pero sobretodo gracias por el amor y la felicidad absoluta.
No te olvidaré. Y aquí estaré cuando decidas volver.
Estoy segura.
Solo no te tardes mucho.
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