viernes, 16 de agosto de 2013

Muros.

     Nunca me puse a pensar en cómo afectaría a la gente el hecho de que haya construido muros a mi alrededor, en cómo después de pasar un tiempo pensando en mi misma, podría influenciar en los demás. 
Pienso a diario que es mejor para mi aislarme del resto de las personas, en simplemente no sentir nada, pero sentir es lo que nos hace humanos y sinceramente no hay cosa que anhele más que sentirme viva; y es que me siento tan adormecida, como si no me diera cuenta de lo que está más allá de mis muros pero es que estoy tan acostumbrada a que lo que está a las afueras de ellos sea tan efímero que simplemente dejo que se queden ahí hasta que se vuelvan a ir, para al final quedarme conmigo misma, pensando qué fue lo que hice mal para no poder retenerlos un rato más y darme cuenta que se alejaron porque no les enseñé lo que está detrás de esa protección, es triste pero cierto.

     Podré pedir perdón muchas veces por no dar lo que querían, pero no me harán arrepentirme, porque ninguno fue capaz de tener el valor de derrumbar esos muros, conocer lo que está detrás de ellos y quedarse. 

     Así que no, no puedo destruir ese mármol invisible que me rodea porque no ha llegado nadie que valga suficientemente la pena como para ver mi lado vulnerable.