martes, 16 de junio de 2015

Pensamientos relámpagos.

Tal vez era falta de aceptación, o simplemente me sentía obligada a negar que no quería perderte, pero quizás ya te había perdido y no me había dado cuenta hasta que saliste por la puerta grande. 


No sé por qué tuve la necesidad de detenerte, o mucho menos el instinto de seguirte incluso cuando tu mismo ponías los obstáculos en el camino para que no lo hiciera. Quedan dos noches más a tu lado, el único momento del día donde eres un poco más mío que tuyo y donde yo soy un poco más tuya que mía, donde sin recelo puedo acariciar tu espalda, tu cabello, y darte un que otro beso en la cara, sólo para que no se te olvide cómo se sentía cuando lo hacía; no quiero perder ni un momento que me queda a tu lado, así no exista un nexo entre los dos, o tal vez un título oficial, quiero poder decir que mis últimos momentos junto a ti fueron buenos, felices y valorados en vez de un puñado de tonterías; recordarte como siempre has sido: la persona que me llenó más que nadie, quien logró cambiar mi vida de blanco y negro, a color.


Es ridículo pensar que mi propio miedo a perderte fue lo que hizo que pasara, todos los días me recuerdo por las cosas que nos hice pasar y trato de entender por qué lo hice si no habían razones. 


¡Qué difícil es escribir con un nudo en la garganta! Y qué irónico ¿no? Necesitar de la voz cuando se están usando las manos...


No es tanto el hecho de seguir intentando, tal vez dentro de mi quiera hacerlo pero tuve que aceptar a parar por tu propio querer... simplemente es querer disfrutar el poco tiempo que queda, es sentir cómo los minutos se te vienen encima, y cómo siento que estoy desperdiciando tantos nuevos recuerdos que pueda formar... 


Tengo que celebrar tanto y sentirme orgullosa de saber que fuiste mío y sólo mío, que por un momento fui yo la única persona en tu mundo. Tengo que llenarme de regocijo al saber que fui tan recíprocamente importante para esa persona. Pero sobretodo, he de agradecer todo lo bueno que me has dado y todo lo que te has llevado contigo, saber que fui tanto y seré mucho más. Gracias por enseñarme que las fuerzas las saca uno mismo y que a pesar de todo, ''mañana es un nuevo día'' y que así como la noche se va, llega el día.


Gracias por el cariño, el amor, y todo lo bueno que dejaste en mi vida, pero sobretodo gracias por lo malo, porque me hiciste entender que no importan las adversidades si uno ama de verdad... ¿Y sabes qué es lo mejor de amar de verdad? Sentirse vivo.

Así que:
Gracias y perdón por todo.

Con todo el cariño, aquella loca que con toda su locura te quiso.

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